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viernes, 20 de abril de 2012

¿Cuesta? Ahí va mi apuesta. (@Ines_Th & @Alberto16N)

I.

No querías sorprender a nadie, esta vez sin dilaciones, sin tonterías ni sutilezas…

Bienestar y felicidad, resonaban en tú cabeza, se te ocurrían mil maneras de machacar ambas palabras, pero esta vez no, esta vez había que echar el resto, tenias que elevarte, tenías al menos que intentar despegar los pies del suelo.

Llego el momento de mirar al horizonte y perderte en él, de mirar el presente a la cara, de fijar tus lágrimas en sus ojos y de desafiar a la vida, tirándola por el precipicio.

Ese precipicio que habías creado con el tiempo, que en un abrir y cerrar de ojos se había rellenado. Lleno de incredulidad, de confianza y de ganas de seguir adelante.

No podías decir que no, no podías volver a caer en el error, los limites habían sido erradicados, desterrados, eliminados de tu rutina, tus pies ya estaban acostumbrados a demasiadas piedras, a cuantiosos tropezones, era el momento de actuar.

¡Para! No sigas . . .  Gritaste.

No puedo más, ¡Detente! Son mis ganas de vivir . . . 

Ahora lo tenias, habías conseguido una mano de ases, esa que ahora se refleja en tu mirada, y donde frente a ti, esta tu rival, ese que esconde la dichosa escalera de color.

El Croupier seguía repartiendo, seguía dando esas cartas que harían que el ‘Black Jack’ fuese al fin, tuyo.

No era la primera vez, ni iba ser la última, pero tan solo era una más, una más de todas esas veces en las que tan solo intentaste ser feliz.

Esa sensación de libertad que nos crea el aire salido de su boca. Esa otra escalofriante manera de vivir, dando tumbos, pero quieto.

Rasgaste las cuerdas, quebraste la voz, afinaste tu vida y comenzaste a caminar.

Pupilas diminutas, dedos adormilados, ahora miras a través de esa ventana, meses después, y ves algo raro, algo bello, algo grande y lleno de vida, ves ese paisaje que añorabas, observas como se mueve, como se tambalea por el ruido, entiendes porqué te trasmite lo que siempre sentiste, esa paz, esa calma, logras ver más allá, llegas a la cumbre, ves ese brillo, ese azul que te conmueve, ves tu sonrisa, te ves a ti.

Tu reflejo y tu intenso interior rebotan en el cristal, te hacen fuerte, te recomponen y te hacen levantar de la silla.

Gritas, elevas los brazos y abres la ventana; el frío te hiela, pero tú más caliente que nunca, saltas y te elevas, notas como el pelo tapa tus ojos, como cubre tu rostro, tus gestos, tu mirada . . . terminas intuyendo como al fin tienes todos los ingredientes para esta vez sí, echar a volar.

¡Te sentías gigante!

En ese momento algo inunda tu guarida, el silencio se hace con todo . . . 

¡Reaccionas!

Al poco de asimilar aquel éxtasis repentino, aterrizas, inspiras y la coges . . . 

Tus dedos se deslizan como nunca, tu mirada esta fija en la pared, ellos se mueven solos, las cuerdas vibran, la voz engorda tu garganta cuando de repente, comienza a sonar . . . 

Esa, quizás la perfecta melodía desafinada de unos labios rozando otros, de ese caramelo deshaciéndose sobre la piel, de esos abrazos que quedaron atrás, en el tiempo, que crees que ya no tendrás.

Esas miradas que decían todo sin querer decir nada, esas veces que deseabas y no podías . . .

Continuará . . . 

2 comentarios:

  1. Las buenas creaciones siempre me sacan lágrimas, sonrisas, y crean escalofríos.
    Garbanzos.

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  2. Cierto. Habrá mas y mejor. Da gusto estar 'codo con codo' (virtual) contigo.
    Garbanzos, lentejas y lo que sea. (::

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