“Para que alguna vez mis palabras dejen
de ser palabras”
La suerte en vuestras vidas consideradla
una aliada ocasional, que en esos momentos de espera e incertidumbre conseguirá
hacer que reaccionéis y que realmente os valoréis lo que alguna vez os “gritó”
este loco que escribe.
Todos tenemos nuestra historia, nuestra
parte de razón, tenemos gente, tenemos poder, pero no tenemos el valor para
decir y sentir las cosas como realmente son.
La vida es algo volátil (al menos para mí),
separada muchas veces de lo justo y de lo real, aunque no podemos hacer nada, al
menos consigamos sentirnos comprendidos, ser alguien que se levanta por la
mañana con una sonrisa y con un impresionante ímpetu, no ser pasivos, ni
muermos . . . ni vivir en nuestra burbuja, donde se está cómodo sí, pero
siempre es mejor ir conociendo, poco a poco o mucho a mucho “lugares”,
“personas”, “cosas” que sean donde resida nuestra lejana y diluida felicidad.
El quedarse con las manos en los
bolsillos, el seguir con el plan establecido y mirar al frente no sirve de
nada, deberíamos dormir lo justo, para conocer todo aquello que en verdad, un
día nos hará resurgir del lugar en el que estábamos antes, y así poder
autorealizarnos.
Muchas personas nos sentimos así, sin nada
que hacer, quizá por miedo a perder, pero el no jugársela, la mayoría de las
veces trae consigo altas dosis de infelicidad, esperando siempre el maldito “empujón”
para hacer lo que realmente necesitamos.
Mi lucha, tu lucha, su lucha, solo tiene
un fin común, y es conseguir hacer de esto algo más fácil, vivir por algo que
te haga feliz día a día.
Muchos tropiezos, muchos tumbos aquí y
allá, no se esta tan mal, pero y ¿Qué? ¿Cuántas ofertas buenas?, ¿Cuántas
noches sin pegar ojo?, ¿Cuántos enemigos?, ¿Cuántos corazones solos?, ¿Cuántos
rumbos desviados?, ¿Cuántas emociones destruidas?, ¿Cuántas miradas a ese móvil
dichoso?, ¿Cuántas cosas bonitas de verdad?, ¿Cuántas palabras hechas trizas?,
¿Cuántas camas vacías, mesas solitarias y ojos brillantes?, dime… ¿Cuántas? ¡Caray!
y ¿Cuántas?, ¿Para qué? ¿Para hacerte sentir diferente?, ¿Para que te duelan los
huesos de tanto llanto y tanta maldita oscuridad?
Créeme, lo importante no es dar el paso,
todos sabemos andar, lo importante es
saber exactamente cómo dar el impulso necesario para dar bien ese maldito
movimiento, sin perder el norte con meras dosis de cariño y afecto.
Mi pasado me muerde los talones y mi
futuro me conmueve, pero mi cabezonería solo hace que repetirme: “eres el
resultado de tus errores y de tus aciertos del pasado” y pensándolo aquí
sentado, fríamente, con ‘’Dulce introducción al caos’’ de fondo, mi maldita
cabeza tiene razón, toda la razón.
‘’Se rompió la
cadena que ataba el reloj a las horas,
se paró el aguacero ahora somos flotando dos gotas,
agarrado un momento a la cola del viento me siento mejor,
me olvidé de poner en el suelo los pies y me siento mejor’’
se paró el aguacero ahora somos flotando dos gotas,
agarrado un momento a la cola del viento me siento mejor,
me olvidé de poner en el suelo los pies y me siento mejor’’
Siempre os escribe el mismo loco.
Segui @Alberto16N
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