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lunes, 28 de noviembre de 2011

CONTENCIONES ESCUPIDAS DEL ÚLTIMO LUNES DEL MES.

Hoy la inspiración se apagó, se volvió gris y espesa, no la encuentro por ningún lado y tan solo me queda cerrar los rincones abiertos, sentir los dedos que antes agarraban, acariciaban... lo daban todo solo por el hecho de palparte.

Mis pies siempre me llevarán al final, y no vosotros... mi destino es mío y no de los demás, el destino es de los que decimos la verdad, de los que nunca mentimos, ni queremos hacerlo; los que no nos sentimos mal, los que sonreímos porque si, porque nos da la gana, los que gritamos porque estamos ruborizados, los que queremos y dejamos de querer entre tanto abrazo y palpitación...

El paso del tiempo hace mella, las cicatrices duelen, esperamos y esperamos y todo vuelve y se va, las trampas te acechan dormido, nunca pierdes ilusiones, ni esperanzas, pero si se diluyen, se deshacen como una sacarina en agua hirviendo, piensas que las pierdes, que no regresan, que sigue viniéndote encima el pasado, el presente y otra vez el pasado maldito. 

Seguimos siendo los mismos, los mismos tontos del primer día, pero ahora con  más motivos para serlo, para sentirnos más agusto, para pasar del jodido mundo egoísta e injusto que nos acontece cada amanecer y atardecer;  no necesitamos escabullirnos a paraísos no-terrenales, con tal de agradar a los mismos "demás" de siempre, de intentar superponer nuestra vida a la suya, a esa vida que llegamos a envidiar… tenemos que ser fuertes, reinventarnos…

Porque aunque las luces parpadeen, aunque los S.O.S sean incesantes, interminables, a veces excitantes… nosotros  seguimos y seguiremos sin preguntarnos el porqué, simplemente nos quedamos parados, a veces perplejos, atónitos, pero sin reaccionar, sin sentir el miedo a arriesgar… 

Aquí en mi sitio  de siempre, la vida sigue y continuo viviendo, respirando sintiendo y sobre todo echando de menos lo que tenia y volveré a tener, pero inmóviles nada haremos, nada sentiremos, vidas parsimoniosas a un ritmo trepidantemente lento, sin sentir ese fuego que haga que nos disparemos al infinito como petardos sin mecha…

Si, lo sé, es un simple lunes, demasiadas palabras sin sentido,  mi semana arrancó hace ya varias horas, tierra firme, a ciegas crucé con miedo y pena la calle, sin fe, con paredes delante y como si un barco de papel fueran mis piernas, me deslicé hasta los lugares más recónditos que hacen de mi día, tú día, un día más, un día aguantando segundos, cerrando ojos y doliendo mañanas y reencuentros... y por fin volví a reaccionar.

Apostar por ser feliz, aprender a no sufrir, volver a respirar, mirar sin ver, y ver sin poder mirar, todo es cuestión de convicción y de dejarse llevar con temor, con la última parte del movimiento de cada canción.

Una vez más, las aceras andan mas rápido que yo, me resbalan, me esquivan, lloran y disimulan de reojo a mi paso... me sabe todo menos que a poco, el otoño acaba, el invierno invade cielo y tierra... al final volar y terminar como siempre, en el suelo, allí donde todo es frio, donde todo es natural y lineal.

Donde todo parece tan REAL.



“Esto sigue siendo un eterno vendaval…”

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