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lunes, 8 de octubre de 2012

Saber que es un imposible.


Octubre, este mes que da inicio a la transición entre el fin de un verano exprés en el que todo comenzó sin casi darte cuenta, y la vuelta a la dura y fría constancia de días sin fin.
Ahora pocas cosas tienen sentido, solo intentas desalojar tu cuerpo del ocio, del no hacer nada, y solo crees que debes llenarlo del día a día, de lo que realmente debe ocupar tu día y tu noche, de lo que aquí en adelante hagan que veas luces de colores brillar por las calles de aquí a un puñado de meses.

Hoy tengo demasiados momentos en la retina, demasiadas cosas aun por analizar, demasiado tiempo que concentrar en un papel, pero lo simple lo sigo haciendo aun más simple y lo difícil lo reduzco al máximo, he aquí mi error, he aquí el error que me hace no ser tan claro como en tantas ocasiones quisiera.

Quiero expresar con la mirada lo que realmente siento, lo que realmente deseo que suceda, o un su defecto, que al menos alguien se de cuenta de que algo pasa, que hay algo que dentro de mis engranajes vitales no va bien.

A días y solo eso, a días, vuelves a recaer en los mismos hombros donde apoyarte, en las mismas zonas de emergencia, en los de siempre. 

No quieres, no puedes, no te sale decir lo que realmente pasa, ese principio es asesino, pero no queda otra, la confianza en esa salida de emergencia esta forjada de forma natural, y ya ni amistad ni gaitas, ya es impulso irracional y natural el que te lleva a desinflarte, para al final recibir esa hondonada de aire puro que hace resurgir de las cenizas hasta lo más intrínseco que tienes dentro.

Decidir, pensar, escribir, vomitar, malvivir, descansar y evitar el delirio, todo ello con la noche de aliada y con tus labios esperándome, allá donde quiera que estén.

La mezcla está ahí, es obvio. Crees ser una estatua erguida y rígida, que la otra parte es blanda y dúctil, los remedios son el punto de inflexión, no valen extremos como refugio. Actúo.

¿Los dos contentos? ¿Los dos amigos?, la función terminó, dijo ‘hasta la vista' cuando se fundió la luz, cuando ya nada había que hacer, cuando querías aire y te di la atmósfera entera. Piénsalo, somos dos extraños en cuerpos de hermanos, condenados a alejarnos con el paso de las horas, de los minutos, de los kilómetros.

Ojala estuviera todo bajo control como muchos lo tienen, como muchos creen tener, pero no, yo voy a mi ritmo, ese ritmo arrítmico que se hunde y flota en los momentos más inesperados. 

Los días te condenan a ese sobrevivir de esa forma que yo odio, de esa forma de la que rápido te acostumbras a vivir 'bien'.

Muchas veces lo olvidamos, al menos yo, olvidamos que en vez de mirar el camino, lo que fue, lo que es y lo que será, tenemos que mirar nuestros pies, nuestro yo, mirarnos en ese espejo trasparente para conocernos y no dejar que las hostias nos caigan ‘mañana’ desde todos los puntos cardinales, para luego encima no saber por donde cogerte ni a ti mismo.

No veo opciones, salidas, solo quiero aligerar mi equipaje, llevar lo que me nutre, lo que consigue autopropulsarme día a día, llevarte a ti, a ti, a ti y a ti, no llevar forraje que solo ocupa y no se preocupa.

Menos mal que como dice un buen ‘apoyo’, salir a flote siempre se nos dio bien, y los palos cuantos más te dan, al final menos se sienten.


Para sonreír son malos tiempos, está claro.

1 comentario:

  1. No me gusta leer este tipo de cosas... Aun sabiendo que he escrito y me tocara escribir más de lo mismo a mi (para eso es un blog, supongo) Pero vamos, que no me gusta.

    Ya conoces mi opinión de todo esto, respecto a lo que te dije de "llevarse uno los palos", creo que hay algo que me malinterpretaste... Es cierto que se sienten menos, pero no por ello te has de quedar impasible recibiendolos, ni mucho menos.

    Salir a flote se nos dio bien... Cuando salgas, acuerdate de lo que te digo y empieza a ser tu el que dé los palos, y no el que los reciba, solo asi volverás a tener el control ;)

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