Fieles Seguidores

martes, 24 de enero de 2012

Alma de mujer.

Todo comenzó con aquel perdón en esa angosta y fría cama, en la noche más larga de lo que ya, trascurría de año.

Primero comenzaron a salir aquellas reglas absurdas, que decías marcar por el bien de los dos. Esas reglas hechas leyes que ni pies ni cabeza tenían y encima decías que todo ocurría así, por mi locura, esa que explicabas que siempre terminaba haciendo mi vida más amarga, mas indigesta.

Yo estaba en lo cierto, todo lo que tuvimos juntos se estaba evaporando, pero no podía ser de otra forma que con más gramos de por medio. Gramos de basura, también unos pocos de tu amargura ya presente en lo que llamabas mi locura, toda una vida por delante decías, todo unos valores por los que luchar, mas de mil millones de personas donde buscar tu "complemento" "im" perfecto gritabas (desde dentro) una y otra vez, pero nada, yo seguía firme a mis convicciones.

Me canse de decirte que te quería, que te necesitaba, que siempre quería nuestros fines de semana, que quería a nuestra intimidad, esa que solos creábamos, que echaría de menos esos buenos ratos de pensar, de arruinar el sofá de tanto vaguear, que iba a volver a querer mis sonrisas. . . pero parece ser que todo eso se termino.

Mi valentía no tenía su mejor semana, ni su mejor día y mi boca directamente termino por cerrarse y evadirse de la que en esos momentos era la peor realidad que jamás había presenciado. Mis ojos llenos de tristeza y a la vez llenos de malditos y pesados recuerdos, exclamaron, ¡Basta ya! ¡Vete si es lo que quieres!

El cielo seguía brillando, con mucho calor que ofrecer, hasta las calles pedían guerra, pero tú no, tu tenias la mirada allí, a donde tu color ya no se veía, decías ser valiente, (pero solo de boquita), aparentabas tener esa tranquilidad que solo salía cuando te dolía en contra de tu voluntad y ya no te servía, pero conseguiste parecer fiel y sobre todo paciente, y al final lo lograste, conseguiste quedarme sin nada,  con mi hígado como único refugio amigo ,el único capaz en ese momento de aguantar para bien o para mal mis mil noches y mis mil días ahora ya sin ti, mi alma.

Exacto, mi alma, me refería a mi dichosa alma, esa que a otros se la roban, esa que otros pierden y sin embargo, esa que a mí me había abandonado.

Y diréis que estoy loco (nada nuevo por cierto) pero no me siento tan vacío, de vez en cuando me cojo algún "catarro", camino torcido o simplemente tengo una mano más fría que la otra, pero ya me da igual, se que algún día ella me extrañará y cuando vuelva aquí, yo más feliz que nunca seré, o al menos eso me haré creer.

En verdad, como tal no quedan almas en las calles, no os engañéis, no hay colores, solo es lo que imagináis ver, en verdad estamos a oscuras, son tierras y calles sin patria, sin caricias, sin dueños ni cielos donde morir agusto, sin nada nuevo dentro de nuestros preciados sueños.

Veo y lo que es aún peor, siento como avanzan y crecen esos amaneceres de realidades demasiado crudas, donde caer en pie y caminar es demasiado difícil para gente torpe y descoordinada como yo, pero tampoco queda fuego, ni tormentas que se lleven el calor, ni realidades de sueños no tan soñados, por eso sigo perdido en mi interior, no puedo comprender, sin antes entender el porqué, ese que como un tonto otra vez, me pregunté.

Tampoco puedo entender ni comprender porque voy buscando caminos que me devuelvan el juicio, y no los encuentro, tengo dos mil quinientas dieciséis dudas, y como el primer día, sigo sin borrar ni una de la lista, es demasiado jodido tirar hacia delante y menos si no sabes dónde colocar el pie para avanzar.


En verdad, a medida que ahogo mis penas en este "papel", lo confieso, te extraño, mi alma.


¿Solo?, ¿contigo?, o ¿sigo conmigo?, mis ojos siguen cubiertos y  nada se ha convertido en todo, y nada hace sentirme más vivo, por eso avanzo, sigo a contracorriente con  ese  telón del tiempo de por medio, ese que se tendría que levantar con el esfuerzo ya sufrido, pero que mi vida sigue sin dar por vencido. ¡Maldito tiempo, me condenas!

Deje de escuchar la voz de quien en el fondo me odiaba, de quien no me aportaba, de vosotros carroña que sin razón mes a mes me jedéis desde la cabeza a los torpes pies.

Seré fuerte y romperé de una vez, el muro que me separa de ese diablo que enterró mi razón y ennegreció mi corazón. Por eso aquí y ahora escribo en este papel en soledad mundos enteros, que quiero que existan porque jamás existieron.

El amor que he encontrado y ya he olvidado cuando estaba dentro de ti, ahora es el que viene a mí, cuando estaba aquí (¿o era allí?), solo estaba fuera de mi, mis emociones convertidas en risas malparidas, te dicen ¡hasta aquí!

Personas extrañas las que me destruyeron con o sin tu ayuda, dichosa alma que ahora con calma te digo que te quiero, pero no aquí, sino allí, allí donde te den refugio, donde te den ya sin mí, una buena  vida dentro de una cama sin ti, mi dama.


Hundido en mí, como aquella noche sin tu piel, 
nuestras miradas ocultando dolor, tiempo pasado, rostro de traición. . .


Mis virtudes, tus defectos, y ambos seguimos hablando de esto encima de tu cama y como no,  seguimos despiertos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas...